martes, 8 de noviembre de 2011

Guachimán Truchimán - Parte VI

Notas sobre el funcionamiento de nuestra máquina.

Al Sinatra
Cuando cierta idea desea ingresar o salir del sistema  –llamado por algunos “espacio en blanco”-, llega hasta la “puerta giratoria” o twitter –llamado por algunos “ritornelo”-, de tal manera que, cuando alcanza el otro lado, si bien parece distinta, la idea tan sólo ha vuelto exactamente al mismo lugar del cual partió.

Al Capone
Dado que en su afán por hacer valer su peculiaridad o distinción, la idea se ha vuelto incapaz de notar cualquier otra diferencia que no sea la propia, la idea jura y perjura que llegó a algún lado como enunciado para establecerse de forma única y singular, cuando lo que realmente ha hecho es dar vueltas sobre sí misma.

Al Brown
Desde luego, al poco rato la idea se incomoda, es decir, se percata de que “algo anda mal” cuando su presencia no genera el efecto esperado. Ahora bien, lo que realmente ha ocurrido es que la idea ha caído en cuenta de que ha sido engañada y de que ni vino ni fue ni llegará a sitio alguno.


Al Pacino
Enfrascada como está en creer que le debe la vida a su singularidad, la idea rechaza el engaño aceptando otro; en pocas palabras –o tal vez en muchas-, la idea, desesperada por perseverar y llegar a algún lado como enunciado, vuelve a buscar una salida o regreso, acercándose una vez más a una “puerta giratoria”.

Al Bill Gates
En la “puerta giratoria” la idea repite  el trámite de egreso o ingreso procurando  no percatarse de la trampa en la cual ha caído, es decir, incrementando exponencialmente su empeño por llegar cada vez más lejos. Sí, hay ideas que en su anhelo por salir o regresar de algún sitio han creado ciudades y países enteros.

Al Jim Morrison Gates
Sugieren algunos estudios que la cantidad y la velocidad de rotación lograda por algunas ideas, sobre todo aquellas calificadas como “rumores” y “chismes”, bien podrían convertir a las “puertas rotatorias” o twitter en plantas de energía de alto rendimiento. Esperemos que esta no sea, simplemente, otra idea.

Al Benito Mussolini Gates
Muchos expertos coinciden con el fantasma de Lacan en que las “puertas rotatorias” podrían ser auto-sustentables y las comparan con las primeras células, las cuales se valían de las diferencias de polaridad entre sus cuerpos en blanco y el espacio vacío para provocar migraciones o desplazamientos, es decir, corrientes eléctricas.

Al Ezra Pound Gates
Hay quienes acusan a estos “partidarios de la polarización” de revivir la nostalgia por el tiempo en que la mayoría de las computadoras funcionaban al traducir en energía eléctrica la energía mecánica producto del desplazamiento de la mirada, las manos y los dedos de los usuarios deseosos de transmitir sus opiniones, ideas y comentarios.

Al Steve McQueen Pound Gates
Para facilitar, aumentar y regular el flujo repetitivo de las ideas alrededor de las “puertas giratorias” o el twitter, esto es, a fin de administrar y alcanzar una adecuada  rotación de ideas o contenidos, se han añadido otros mecanismos al dispositivo cuyo bajo costo, libre mantenimiento y alta eficiencia ha sido alabado por todos.

Al Larry King Pound Gates
A diferencia de algunos sistemas previos, basados en la aprobación o no de ciertas ideas  -lo cual genera desgaste y lentitud al apilarlas en un mismo punto de entrada o de salida a guisa de comentarios-, se ha establecido una función que permite hacerle creer a una idea u opinión que alguien la sigue o la remite a otro lugar.  


Al Elvis Presley The King Pound Gates
En otras palabras, que no en las mismas, se han fabricado sutiles instrumentos destinados a convencer a las ideas de que en efecto llegan a todas partes cuando, como sabemos, en realidad lo que hacen es dar vueltas sobre sí mismas. Por cierto, las ideas que creen poseer seguidores suelen incrementar su velocidad exponencialmente.


Al Ziggy Stardust The King Pound Gates
Finalmente, para mantener el control de las ideas mientras su velocidad aumenta y la variedad de sus destinos ilusorios se multiplica, hemos  colocado millones de imágenes y retratos, cada uno con un nombre particular pero, sobre todo, con un nombre que las ideas puedan confundir con el de un emisor, un receptor o seguidor.